Karina Pacheco Medrano, Perú, 1969.
«Entre las urbes y los Andes, entre la literatura y la antropología. Los puentes de José María Arguedas y Carlos Iván Degregori».
Es autora de las novelas La voluntad del molle (2006, 2016), No olvides nuestros nombres (2008, 2015), La sangre, el polvo, la nieve (2010), Cabeza y orquídeas (2012) y El bosque de tu nombre (2013). También es autora de los libros de cuentos Alma alga (2010), El sendero de los rayos (2013), Miradas (2015) y ha sido la editora de Cusco, espejo de cosmografías. Antología de relato iberoamericano (2014). Doctora en antropología por la Universidad Complutense de Madrid. Vive en Cusco.
Entre las urbes y los Andes, entre la literatura y la antropología. Los puentes de José María Arguedas y Carlos Iván Degregori.
La palabra chakaruna designa en quechua a las personas que tienen la habilidad para construir puentes, no aquellos que se levantan con piedra, madera u hormigón, sino los que se trazan entre mundos distintos, entre gentes distintas, entre disciplinas distintas, entre opuestos que no llegan a verse como complementarios sino incluso como adversarios. En países sumamente fragmentados, tantas veces separados por “hondos y mortales desencuentros”* , como ocurre en el Perú, la necesidad de puentes y por tanto la de constructores de puentes ha sido siempre una urgencia, un desafío. De otro lado, en un mundo en el que la creciente especialización va aislando miradas y separando líneas de trabajo y estudio, nos vemos abocados a quedarnos en el árbol sin contemplar el bosque, sin trazar redes que comuniquen a los habitantes de ese mismo bosque. Como escritora que viene de una formación en Antropología, encuentro claves muy importantes en la vida y la obra de José María Arguedas y Carlos Iván Degregori para evocar y reflexionar sobre esos puentes. Aunque muy distintos entre sí, ambos vivieron y escribieron sobre el Perú con pasión, con sus propias biografías atravesadas por las heridas y las esperanzas del país, practicando no una sino muchas carreras y recorridos. Formados como antropólogos los dos, trazaron puentes entre literatura y antropología, entre educación y política, entre los andes y las urbes, buscando construir relatos que fueran dialogantes no solo con el mundo académico y letrado, sino que fueran entendibles, digeribles y discutibles con más amplios sectores de la sociedad.
En el caso de Arguedas (Andahuaylas 1911 – Lima 1969), la obra literaria se nutre de la experiencia vital de niño “misti” que fue lanzado a vivir entre los “indios”, de las tensiones entre las dos culturas, una oprimida, otra opresora, del Perú que el tocó vivir, y sobre todo de ese mundo andino que lo acunó y del que para siempre se consideraría parte. De otro lado, su obra ensayística y antropológica está nutrida y enriquecida por el lenguaje del narrador, no tanto de la literatura aprendida en el ámbito, sino del inagotable torrente de la literatura oral del mundo indígena.
En el caso de Carlos Iván Degregori (Lima 1945-2011), por otros canales, su vida misma también aparece recorriendo con intensidad diversas geografías y subterfugios de la convulsa historia peruana para hacer preguntas, muchas preguntas, y desde ellas indagar y procurar respuestas que permitan remontar la herencia de una pasado autoritario y excluyente que sigue boicoteando los anhelos de paz y democracia, justicia y respeto en la diversidad. Todo ello lo aborda con el lenguaje nato del narrador y ese es quizás uno de los aspectos por los que su obra ha tenido y tiene la capacidad de dialogar con amplios sectores y generar propuestas desde múltiples disciplinas.
Hablamos, pues, de la vida y obra de dos de los mayores pensadores del Perú del último siglo, dos chakarunas en el sentido pleno de la palabra.